José María Solano Antoñanzas

“La Cuenca del Ebro”

Vol. I Números 23,24,25 y 26

pp.205-209

Ed. José María Solano Antoñanzas: Arnedo, 1995

 

Las aguas potables de Sartaguda: Las aguas potables se trajeron a las casas de Sartaguda, la de los grifos, en 1936, y sus cuentas se examinaron por el censor de cuentas Don Jesús Esponda, desde 1936-1937 a 1969-1970, siendo Alcalde Don José Luis López Mangado, se aclararon las cuentas y se hizo la prospección subterránea en el término de El Ramillo en 1971, que es actualmente de donde vienen las aguas de Sartaguda.

Sartaguda y sus tierras: Entre ellas citaremos la posesión compuesta de todos los terrenos rústicos jurisdiccionales de la Villa de Sartaguda, de cabida unas 21.000 robadas. De ellas, 5327 robadas son actualmente de regadío; 5.010 robadas en cultivo y las 317 robadas restantes incultas (en 1943). Los términos o parajes que las componen son: Los Huertos, Puentes, Casetas, Pozo Redondo, Bajero y Encinero, Piezas del Corral, Cabecerita, Rincón, Madrazas, Rionuevo, Cañamares, Alamedas, Zarza, Tabla de las Habas, fresno Gordo, Qiñoncillos y Rincón de los Quinoncillos, Presa de Murillo, Loberas, Chozas, Yedras, Bajo de las Yedras, Ramillo, Suertes del Pozo Redondo, Soto de Escalera Roya, Soto de las Viñas, Soto de los Huertos y Cumbrero. Dentro del perímetro de dicha finca descrita, compuesta de los términos destinada a regadío, existían los siguientes edificios: Una casa sita en una de las huertas compuesta de dos pisos con varias habitaciones, la cual ocupaba una superficie plana de 148 m2 y 800 mm2; una caseta destinada al servicio de la barca para el paso del río Ebro, la cual constaba de un piso firme de 31 m2 y 360 mm2. Una fábrica de electricidad, antes molino harinero (1943), sita a la margen izquierda del Ebro, constaba de tres pisos con una superficie plana de 421 m2 y 100 mm2, tenía varias habitaciones y dependencias, hallándose instaladas dos turbinas y los artefactos necesarios para producir fuerza, unos 500 a 600 H.P.; dichas turbinas eran actuadas o movidas por las aguas tomadas del río Ebro, por medio de una presa o piedra perdida y conducida por una acequia o cauce hasta dicha fábrica, las que después de accionar los artefactos instalados en éste se aprovechaban para el riego de las tierras radicantes en dichos términos (Esta fábrica se tiró y se puso en funcionamiento la minicentral de Sartaguda en 1991, con 4.900 kw. de potencia instalada, produciendo en 1992 una media de 21,5 millones de kw/hora/año; es la tercera minicentral por su magnitud. Las tres turbinas que la forman se mueven por la fuerza de un caudal de 90.000 l/s. en un salto de 5,50 m. La inversión realizada ha superado los mil millones de pesetas; además se pone en funcionamiento sola sin necesidad de ayuda humana; desde esta central se aprovecha el agua para regar los términos descritos, con el agua que se lleva la Acequia del Sequero, la del Ramillo y la Acequia General, las tres nacen en esta central). Una tejería, que ocupa una superficie plana de 26 m2 y 400 mm2. (Esta tejería hoy no funciona, tenía su horno de cocer con su arco de entrada para sacar el ladrillo y teja cocida, y para colocarlo antes de cocer, y debajo, meterle la leña para su cocimiento; todavía se ve el cuadro o cubo que lo componía, además de los cubiertos que tenían para, cuando llovía, secar los ladrillos o teja, aún se ven los trozos de maderos que estaban junto a la peña, y debajo se excavaron unos departamentos como auxiliares a la tejería para diversos usos, que hoy existen en 1995, con la puerta rota. También debemos añadir que existe junto a ella una gran balsa hecha para abrevadero de ganado desde hace unos 10 años, donde se crían grandes y buenos cangrejos de los aclimatados mejicanos, hay bastantes agujeros, de 2 y 3 metros de profundidad, como si fueran lorcas, donde los pescadores hacen su agosto, adornados con aneas y otras plantas silvestres, aunque hay un hueco en El Bocaron, como una especie de túnel de unos 150 metros de agua baja, al menos cuando llueve, y va a la balsa, a pesar que debe haber un pequeño manantial que entra agua de la acequia; después está Peñarroya y otros montes donde crían las grajas y los cuervos). Tres corrales para acubilar ganado, en parte cubiertos y en parte descubiertos, denominados : De la Cerradilla con una extensión de 31 m2 y 400 mm2; El Cumbrero formado por los dos antes llamados, de Calahorra y Sartaguda, el cual tiene una superficie de 426 m2 y 270 mm2; y El Ramillo que tiene una superficie de 545 m2 y 900 mm2. La parte restante de la finca comprende una cabida de 15.663 robadas, de las que 4.843 robadas se hallaban (en 1943) de viña y cereal y el resto de pastos, hierbas y arbustos. Los términos en los que están enclavadas las tierras de secano son los siguientes: Las Losas sobre el Barco, Llano y Cuesta sobre el Embrocadero, Camino de Lodosa, Cantera de la Viña, Alto del Molero, Hoyadas de Almendro, Majadas Verdes, Los Hornillos, Pieza de la Coja, Holladas y Cuesta, Balsillas, Cabecillos, Alto del Espartal, Pinilla, Espinal, Pieza del Molino o Cerradillo y Holladas del Corral de Jazo. También hay tres corrales para acubilar ganado, en parte cubiertos y en parte descubiertos y que son: El de La Muga, con una superficie plana de 458 m2 y 900 mm2; El de Jazo: Que contiene una superficie de 651 m2 y 700 mm2 y el de El Medio que tiene una superficie de 620 m2: El contorno de estas tierras linda al norte con el término comunero destinado a pastos entre la Villa de Lodosa y Sartaguda y jurisdicción de esta última; al sur: río Ebro; al este: facería o terreno comunero entre las Villas de Sartaguda y Cárcar y jurisdicción de Andosilla; y Oeste: con el río Ebro y la facería o terreno comunero de la Villa de Lodosa. Atraviesa esta finca en dirección nordeste al camino de Lodosa a Andosilla; y San Adrían de Palmas, que partiendo de la primera de dichas Villas, se divide para cada una de las dos últimas a la entrada de la facería o comunero con la expresada Lodosa, y el camino que sirve de comunicación entre entre Lodosa y Sartaguda que cruza por el noroeste, dinalmente, desde Sartaguda parte en dirección noreste un camino que sirve de comunicación con las Villas de Lerín, Cárcar, Andosilla y San Adrián de Palmas, además del que conduce a la barca destinada para cruzar el río Ebro.

Las tierras indicadas se adquirieron por la Diputación Foral de Navarra por la compra a la Excelentísima Señora Doña Isabel Falguera y Moreno, duquesa del Infantado, representada en este caso por su apoderado Don Ramiro Torrijos Laguna el 10/02/1943, ante el notario Juan San Juan, protocolo nº 88, en Pamplona, inscrita en el T. 321, L. 2, F. 82, finca 8 triplicado, inscripción 5ª. Su finca matriz figura en el protocolo nº 843 de 1933.

El Secretario de la Diputación Foral de Navarra, Don Luis Oroz Zabaleta, certifica posteriormente lo acordado el 28/04/1944, para formar patrimonios familiares y vende a los vecinos de Sartaguda, entre otros: Don Florencio Arrontes Núñez (n. de Roa – Burgos -).

Hay que tener en cuenta, como se dice en la citada escritura, había dos Cumbreros, uno en Calahorra y otro en Sartaguda, por ello en el 27 de enro de 1605, el señor de Sartaguda, Don Carlos de Arellano, solicitó del Ayuntamiento de Calahorra comprar el Cumbrero que esta ciudad tenía al otro lado del Ebro, a la izquierda del Ebro, pero el citado Ayuntamiento no accedió a ello, por tanto, dicho señor, no consiguió su objetivo.

El término de La Veguilla que al parecer es de Andosilla, cuando el Ebro se retiró de la Hoz de la montaña fue hacia Castilla el Ebro, dejando tierra para su cultivo, como lo hacen los de Sartaguda, aunque paguen algo a Andosilla, y cuando quisieron cortar árboles cercanos al Ebro, y Medio Ambiente no lo permitió, así como la leña que quieren sacar no les permiten los de Sartaguda pasar por el camino embreado que tienen, y éstos, les dicen a los de Andosilla que saquen los árboles por el camino o cuesta que tienen por donde la ermita de Santa Cruz.

El Soto de Don Luis: Esta a continuación de las cuevas de Sartaguda, debajo de la ermita de Santa Cruz; este soto tenía, además, una ermita con sus campanas, y a continuación de este soto viene Resa, aquí había reses bravas, tanto en la margen izquierda como en la derecha.

Las casas de la Veguilla: Tenían planta baja para encerrar el ganado, incluso pocilgas para criar cerdos y algún ganado de labor, además de ovejas y cabras. Estas cosas están junto al cementerio de los moros, o tal vez de los trogloditas; tenían piso y cocina arriba o dependencias para dormir y descansar, todavía están en pie y algún corral destrozado, aunque hay uno usado para almacén, e incluso aún hay algún trillo antiguo que usaron para trillar cereales, en sus eras que estaban junto a sus casas y corrales. Entre los que vivieron en estas casas fue Juan Cruz Izabal casado con la Picos, hace unos 70 años, allí vivió de ganadero pastor, compartiendo con algo de agricultura, sus ovejas y cabras, con la leche y queso. Después se trasladó él con sus hijos a la población de Sartaguda. Otro de los ganaderos que encerró en estas casas fue Víctor Ena. El Mayoral, pero vivía en Sartaguda. En dichas casas existía también su bodega.

            El Cementerio de los Moros o de los Trogloditas: Este cementerio se a transmitido por tradición oral, que era el de los Moros; se encuentra en el término de Los Hoyos (que está hacia la Balsa o Peñarroya) y La Veguilla o Las Cuevas.

Es curioso su enterramiento, junto a la ribaza o monte, donde se excavaba y se ponía un sarcófago hecho de piedra tallada – arenosa – o apropiada sacada de la montaña, losas, etc. Se metía el cadáver y se cubría con unas losas, y junto a la sepultura una estela con un signo indicativo, según el muerto, se cubría también con algo de tierra, que posteriormente, al caer tierra de las montañas están las sepulturas por debajo de los 0,50 a 1 metro de tierra; donde se ha excavado y se han sacado tierras para echarlas a las fincas y caballones o caminos viéndose los cadáveres de dichos enterramientos, es un cementerio de 12 robadas. Tal vez fuera el cementerio de Resa o Arreso, o de los trogloditas que vivían en las cuevas, están al carasol de las peñas, que antes podían llegar con pértigas largas, desde el suelo de abajo o basales, aunque hoy no son muy accesibles ni con pértigas. Desde lo alto del Juncal bajaban por la Cuesta de Palo al cementerio los cazadores que suben y bajan para cazar conejos o liebres.

            Las Cuevas de los Trogloditas: Existen todavía y de difícil acceso, a no ser escalando, están debajo de la peña, entre La Veguilla y el Soto de Don Luis, incluso se donaron por Martín Pérez. y sus Hnos. en 1222 al rey Sancho el Fuerte. Por tanto, existían antes de la última fecha que indicamos; las cuevas eran frescas en verano y tibias en invierno, se dedicaban al pastoreo y a la caza, aunque sus padres nutricios llamaban a sus ganados: vacuno, ovino y cabrío, que eran los que les proporcionaban la leche y la carne. Al parecer, eran achaparrados, fuertes, usaban el arco, los escudos hechos de pieles sin curtir con lanzas o látigos de hierro, para luchar contra sus vecinos o enemigos y los animales grandes, como los dinosaurios, ya que se han encontrado en algunas losas grandes, que se ven pocas en el citado cementerio.

Al principio, fueron nómadas o de temporada, aunque era un terreno que había pastos y existía el agua, que hacía más propicio para alargar su estancia, que tal vez se hicieron más o menos sedentarios por las circunstancias del clima, alimentos y el agua. Es posible, que con su gimnasia fueran fuertes; se vestían con pieles atadas a los riñones, cruzadas por uno de los hombros. Su poblado estaba al carasol, posiblemente adorarían al sol o a la luna, que podían hacerlo desde sus aposentos sin miedo a los grandes animales, por las alturas donde dormían o descansaban, y tal vez usaron la circuncisión, como los egipcios u otros de la Cuenca del Ebro, o del Río Alhama, como en el poblado de Inestrillas.

Es un lugar poco estudiado, tanto el cementerio como las cuevas que fueron habitadas, a menos, hasta el siglo XIII. Tampoco podemos decir en que consistía otra clase de comida, además de la expuesta. Estrabón, siguiendo a Artemidoro, nos dice en que consistía El Salpicón: Este alimento se preparaba con carne y huesos molidos o machacados, que se envolvían en una piel fresca y sin curtir, todo ello se asaba por el cocinero de la tribu de los trogloditas, que eran impuros; o tal vez los inválidos o tullidos, o ancianos que no podían seguir a los rebaños ni cazar, y por eso llamara “impuros” Estrabón, por no estar ágiles o estar sanos como los demás jóvenes, que no llegaba a los 50 ó 60 año: Aunque, también, tenían escaleras portátiles, que tal vez proporcionaban estos ancianos para facilitar la subida a los trogloditas que estaban con el ganado o cazando; también podían ser facilitadas por sus mujeres, las citadas escaleras, y ser recogidas por la noche, o cuando no hacía falta por el acceso, ya que los trogloditas cuidan a ellas, para que no fueran heridas o golpeadas; en caso de lucha las ancianas se tiraban entre los combatientes para cesar la pelea, era un modo de vivir en paz y ser útiles para la convivencia social.

            El puente sobre el río en Sartaguda: Daremos una breve historia sobre este puente colgante, aunque hirme en sus machones, para casos de eventualidad o crecidas inesperadas, puede elevarse y nos obstruir la circulación de las aguas del Ebro, es una obra maravillosa, que tanto a beneficiado a Sartaguda, al tránsito y a los circulantes, se intentaba por muchos, pero la ilusión se perdía, aunque hoy es una realidad.

En 1968 el Alcalde la Villa, Don Rufino Albéniz presentó la dimisión y el gobernador de Navarra la acepta. El pueblo se queda sin Alcalde, representando al pueblo su teniente de Alcalde: Don Marino Martínez Mangado, que se preocupa por la marcha de su pueblo.

En Sartaguda se presentan miembros de la Jefatura Provincial del Movimiento, se reúne el Consejo Local del Movimiento y se proponen a los 19 hombres para la elección de Alcaldes, de las tres ternas que se propone, se queda la terma formada por: Ricardo Flaño, Constante Ortega y José Luis López, saliendo Alcalde: Don José Luis López.

Una vez salida y conocida la noticia, de quién iba a ser Alcalde: “un joven lleno de ilusión y con ganas de conseguir el puente para su querida Sartaguda”, empezaron las cábalas, pero para los que no eran santo de su devoción, se presentan en la Jefatura de la capital Navarra, diciendo: “…que era muy joven, que no tenía tesón, que tenía poca experiencia…”, lo que fue desestimado por otros, diciendo: “…que era una persona solvente, de buena estima, amante de la justicia social y defensor de los valores morales y espirituales en los cargos que desempeñó…y que constaba en la Jefatura…”.

Es el 16/01/1969 cuando José Luis López se hace cargo de la alcaldía de Sartaguda, y en su 1ª reunión, se expone a los concejales la Construcción del Puente, lo aceptaron por unanimidad, y que eran Marino Martínez (2º Alcalde), Teodoro Martínez, Eugenio Sádaba, Fermín Mangado y Julio Sesma, por lo que se acuerda reunir a la Junta Veintena.

En marzo de 1969 el Alcalde se reune con la Veintena y les expone la construcción del puente, si era o no necesaria y que se hiciera. Así se hace la exposición ante los diputados de la Merindad de Estella (Sr. Elizalde y Sr. Fortún), tanto por el Alcalde y teniente de Alcalde en Pamplona, sin olvidar comunicarlo al gobernador de Navarra, al presidente de Sindicatos, para que fueran sabedores de que en el Plan Interprovincial del Ebro, no figuraba Sartaguda; pero quedo patente la necesidad del puente. El Ayuntamiento se reúne con la veintena, discutiendo sus pros y contras, normalmente. De la reunión sale el acuerdo de la construcción del puente, encargar el proyecto, pero enterarse de cómo se han construido otros puentes. Se nombró una comisión formada por el Alcalde y dos concejales: Julio Sesma y Eugenio Sádaba, se desplazaron a Buñuel, para que fueran informados sobre el desarrollo, tramitación, forma de pagarlo, etc… Una vez informados se expuso al Ayuntamiento y a la Veintena, sin perder el ánimo, y si queremos construir el puente, decía el Alcalde, tenemos que sacrificarnos todos, y para ello tenían el terreno del comunero, claro, que debían contar con el consentimiento del pueblo y dejar las parcelas que ello ocupe. Era natural, no se podía hacer planes sin saber lo que quería el pueblo; el Ayuntamiento y la Veintena, a propuesta del Alcalde, el jueves, día 4, expone al pueblo el escrito formado por el Sr: Secretario y otro por el Sr. Alcalde (con el calor y el entusiasmo debido, que quería para Sartaguda), se dudó un instante, pero al final se aprobó la propuesta o edicto. Al día siguiente, viernes, Alcalde y un concejal, se desplazaron a Calahorra y encargaron en una imprenta las papeletas que fueran (600 más o menos); el sábado por la tarde se empezaron a repartir, por la tarde, a cada vecino una papeleta. El domingo se asignó para su votación, comenzando a las 10 y terminando a las 14 horas, dando el siguiente resultado: 480 votos que sí, 10 votos que no y 10 ausentes.

Con el citado resultado se personó el Sr. Alcalde al diputado Sr. Elizalde, que constestó: “Tenemos una buena solución, …hemos ganado la papeleta más difícil, el consentimiento unánime del pueblo…”.

José Luis López, con su ánimo y el apoyo de su pueblo solicitó de la diputación la explotación del comunal por administración y por el Ayuntamiento. El Alcalde sigue con su lucha, en marzo, se entrevista con el Sr. Fortún y le pone en conocimiento de todo lo que hasta el momento se ha realizado, al igual que con el Subjefe Provincial del Movimiento, el cual dijo: “ánimo muchacho, tú eres joven… y los jóvenes podéis hacer todo”; después con el Jefe de Sindicatos.

El Alcalde, siempre tan inquieto, formó una comisión: el Alcalde y los siguientes Srs.: Antonio Cordón (de la Veintena), Teodoro Moreno, Julio Sesma y Eugenio Sesma; todos ellos se entrevistaron con el ingeniero jefe de Caminos de la Diputación Sr. Sáinz de los Terreros, que se portó como un caballero, informándoles de su tramitación, construcción, etc… y que en breve visitaría Sartaguda; y así lo hizo el 4 de abril, acompañado de su ayudante técnico, tomando las notas necesarias sobre el terreno, trámites y forma de comenzar a trabajar.

El 12 de abril, el Alcalde y el Secretario se desplazan a Pamplona, se entrevistan con el Sr. Fortún, le exponen en la situación en la que se hallaban, preguntándole si era necesario comunicárselo a los demás diputados y si veía conveniente la construcción del puente; la contestación no se hizo esperar: “Lo veo muy bien que hablen con mis compañeros tratándose de una obra tan importante”. Acto seguido, visitaron al Sr. Marco, Sr. Urmeneta y Sr. Asiáin, todos ellos vieron la obra muy necesaria y de urgencia, y que harían lo necesario para su realización.

De igual forma, se presentó l Sr. Alcalde con el concejal Julio Sesma en Pamplona con el Director de Montes Don Pascasio Torres, para que les entregara el permiso por escrito o verbal para la explotación, al que accedieron en dicha Dirección.

El 17 de abril de 1969 se personaron en Sartaguda el topógrafo con el Sr. Arteche para marcar los accesos de la carretera para el puente, de un lado a otro, y del lado de Sartaguda daba un cauce de 110 m3 de caudal.

Se hicieron los proyectos, sondeos, etc… en 1970 y 1971, se quedó con la contrata del puente Construcciones Martínez de Madrid por 16 millones, el presupuesto en principio, que después costó 70 millones. Don José Luis López cesa de Alcalde en septiembre de 1972, y le continúa Don Ricardo Flaño, que es cuando se inauguró el puente: 1974, siendo los años 1972 y 1973 de construcción.