SARTAGUDA

 

Se localiza esta Villa en el borde sur de la merindad, limitando con Lodosa por el sur y oeste, con Cárcar por el norte y con Andosilla por el este; ésta, por tanto, situada en plena Ribera del Ebro.

         Entre los datos históricos hay que mencionar que este pueblo formó parte del condado de Lerín. A lo largo de la historia son varios los señores que poseyeron Sartaguda, así en el año 1222 pertenecía al rey Sancho VII el Fuerte previa donación de los hijos de Don Pedro Subiza, Martín Pérez y sus hermanos. Más adelante, en 1341, se titulaban señores de la Villa Juan Martínez de Medrano y Sancho Sánchez de Medrano. Con Carlos III vuelve a cambiar de dueño ya que el monarca da su casa y palacio de Sartaguda con sus rentas y derechos al alférez Don Carlos de Beaumont. Sin embargo el mariscal Martín de Lacarra alega derechos más antiguos y el mismo monarca falla a su favor. A finales del siglo XV la Villa pasa por momentos difíciles debido a las guerras civiles que asolaron el reino, prueba de ello es que en 1495 se encontraba prácticamente despoblada; sin embargo ello no impidió que como pago de diversas deudas los reyes Juan de Labrit y Catalina se la vendieran a Don Juan de Arellano a quien seguía perteneciendo en 1579

         No quedan restos de la ermita de Nuestra Señora de los Remedios o de la Monlora, al parecer situada dentro del casco urbano. La configuración urbanística de esta población es moderna y se ha ido desarrollando paralelamente a la industria conservera, ello puede explicar que sus casas carezcan de escudos.

         Las armas que viene utilizando la Villa desde 1923 traen “de oro y jefe de sable” y sustituyeron a un escudo antiguo que representaba un castillo.

 

Parroquia antigua del Rosario

 

Se construyó esta iglesia en el siglo XVIII sustituyendo a una anterior del siglo XVI que había sido edificada a expensas de Don Carlos Ramírez de Arellano, interviniendo en las obras de la capilla mayor el albañil Martín de Salsamendi. Al parecer este edificio se localizaba en la calle Nueva, y fue abandonado en el siglo XVIII por estar deteriorado y haberse quedado pequeño, construyéndose en la Plaza de los Fueros un nuevo templo, existente todavía en la actualidad aunque se halla abandonado y cerrado al culto. Las obras de éste dieron comienzo en 1741 y se prolongaron hasta 1769, siendo autor del plan y la traza Vicente Arizu con quien colaboró el maestro albañil, vecino de Peralta, José Peñalba, quien se encargó de la torre y de la terminación de la obra.

Se trata de una iglesia barroca cuya tipología arranca ya del siglo XVII y que se traduce en planta rectangular dividida en cinco tramos –con hornacinas el anterior del presbiterio- que culminan en una cabecera recta. La nave se cubre con una bóveda de medio cañón con lunetos jalonada por arcos fajones cajeados que se apoyan en dobles pilastras cajeadas con cornisa moldurada. En el lado del Evangelio se encuentra un escudo sobre cartela de cueros, timbrado por corona; es cuartelado por dos lises en el primero, cadenas en el segundo, lisen el trecero y dos leones pasantes en el cuarto. En los ángulos de la cabecera todavía persisten placas decorativas de rocalla. A los pies del templo se levanta el coro sobre un arco de medio punto. A la cabecera por el lado de la Epístola se adosa la sacrístia cuadrada con bóveda de aristas, a la que precede una estancia rectángular dividida en dos tramos cubiertos por bóveda de medio cañón con lunetos y arcos fajones que apoyan en placas.

En el exterior se utiliza el ladrillo combinado con piedra de sillería que se utilizó irregularmente en los contrafuertes laterales, y el primer cuerpo de la fachada. En los muros laterales, entre los contrafuertes se abren pequeñas ventanas con enmarque de sillar. La fachada se alza a los pies de la iglesia y consta de dos cuerpos y frontón triangular con óculo de remate. El primer cuerpo de sillería lo centra una puerta de medio punto con las dovelas almohadilladas, entre pilastras cajeadas donde apoya la cornisa que da paso al segundo cuerpo y unas bolas decorativas. El segundo cuerpo, construido en ladrillo, lo ocupa una hornacina entre pilastras cajeadas que remata en un frontón curvo envuelto en volutas y cobija una escultura de la Virgen del Rosario. Sobre la hornacina se sitúa un óculo y una cruz entre pirámides, todo ello labrado en piedra.

A la fachada se adosa por el lado de la Epístola la torre cúbica de manera que llega a formar parte de la misma. La constituye un primer cuerpo de sillar entre pilastras, un segundo de ladrillo y el remate. En los frentes del segundo cuerpo se abren medios puntos ceñidos tanto por la parte superior como por la inferior por fajas decorativas de labores geométricas. En el cuerpo de campanas se sitúan medios puntos entre pilastras y frontón triangular de remate que da paso a una cornisa donde apoya el chapitel piramidal del coronamiento.

 

Parroquia Nueva del Rosario

 

         Los cultos se trasladaron de la antigua parroquia barroca a esta moderna en 1969, y así mismo, parte del exorno.

 

Lado de la Epístola

 

         Especial interés por su calidad artística ofrece un Crucificado de tamaño mayor que el natural, fechable a comienzos del siglo XVII, con estilística propia del Romanismo tardío. Destaca además de potencia y modelado del torso, con avances hacia el naturalismo en la tendencia a marcar costillas y cintura, por su magnífica cabeza, con rostro de perfil aguileño y ojos rasgados, reflejando serenidad. La cabellera y la barba, de tratamiento plástico, enmarcan el rostro. Todos estos caracteres relacionan este Cristo con el de la parroquia de Cintruénigo. Apoya esta atribución el que esté documentada la realización de un retablo por Juan de Biniés para la parroquia de Sartaguda.

         En el interior de la capilla bautismal se localiza un retablo dedicado a la Virgen de los Remedios, barroco de hacia 1740 cuya traza mixtilínea consta de banco con ménsulas de niños atlantes y tableros de follaje, cuerpo de dobles columnas salomónicas ricamente decoradas y ático curvo así mismo profusamente ornamentado. Lo preside la Virgen de los Remedios, también llamada de la Monlora, que procede de su desaparecida ermita. Se trata de una Virgen sedente con el Niño, de estilo romanista de finales del siglo XVI, relacionada con Bernabé Imberto debido al parecido que presenta con la de Allo.

 

Sacristía

 

         Cuelga de una de las paredes un Crucificado (42 x 38 cms), romanista de comienzos del siglo XVII, de proporciones alargadas y buen tratamiento de la anatomía. Más tardías, de finales del siglo XVII son unas tallas de San Juan (100 Cms) y la Virgen (98 cms) que formaban parte de un Calvarío y que conservan la policromía original. Al siglo XVIII pertenecen San Antón (88 cms) y San Pedro (150 cms). La parroquia cuenta con tres lienzos, uno de comienzos del siglo XVII que representa a la Virgen (156 x 109 cms) cubierta de ricas vestiduras tratadas con detalle, otro de la Inmaculada (202 x 111 cms) de la primera mitad de la misma centuria y el último que figura al Cristo de Burgos (161 x 109 cms). También dentro del capítulo de la pintura hay que señalar que en el Museo Diocesano de Pamplona  se custodia un lienzo de Cristo despojado de túnica, procedente de esta parroquia y que según los libros parroquiales se trajo de Valencia. Su estilo riberesco con luces tenebristas responde efectivamente a la escuela valenciana.

         Escasas son las piezas de orfebrería a reseñar, entre ellas dos cálices y unas crismeras. De los primeros el más antiguo es de plata (26 cms) de traza purista de la primera mitad del siglo XVII, con decoración de ramillos punteados, rombos y ces. El otro cáliz de plata dorada (27 cms) se hizo en torno a 1800 y sigue modelos neoclásicos con abundante decoración estampillada y sobrepuesta de guirnaldas, querubines y temas eucarísticos distribuidos por la base y la subcopa. La pieza ostenta los punzones de Logroño (B) AIO y (J) E/VRRA. Del mismo estilo y cronología, que este cáliz, es una crismera en forma de arqueta, con frentes decorados por guirnaldas. En el Museo Diocesano también se guarda un portapaz procedente de Sartaguda. Es del siglo XVII y representa a la Inmaculada.

 

Arquitectura Civil

 

         El caserío de Sartaguda se alza sobre un pequeño altozano, hallándose muy desfigurado el núcleo original en virtud del crecimiento que ha experimentado la población en los últimos tiempos, hasta tal punto que es la parte moderna la que ofrece mayor identidad, con sus calles rectilíneas en contraposición a las callejas cortas y quebradas del casco viejo.